Mi MiniPombo viajera, me mandó el otro día una postal muy graciosa desde un sitio con un nombre encantador "Santa Clarita" en Los Angeles, USA.
La postal era una ilustración de los años 50-60 a todo color de un grupo de gente cómodamente sentados en un medio de transporte que lo mismo podría ser un tren, que un avión, ya que aún no habían llegado las miserables condiciones de viaje que ha traído el low cost y viajar era algo agradable, espacioso y muy elegante donde podías estirar las piernas e incluso te daban almohaditas, aperitivos, periódicos, revistas y reverencias...
En primer termino vemos una madre y una hija de unos 7 u 8 años. La madre tiene una revista ilustrada en su regazo, y mira indolentemente hacia la ventanilla, la niña, mona, delgaducha, algo rubita y muy bien peinada conforme a la época, tiene un libro en las manos, al que mira con tanta concentración y pasión que éste, está totalmente prendido en llamas que desprenden una gran humareda...
Evidentemente es una ilustración manipulada recientemente y el resultado es muy divertido.
MiniPombo escribe:
"¡Hola! Cuando he visto esta postal he pensado en vosotras, no sé porqué. La he encontrado en una tienda de ..."
Al verla y leer lo escrito me emocioné y me reí al mismo tiempo, me emocioné porque el texto es muy tierno y gracioso, pero sobre todo me reí, ya que la niña lectora-incendiaria era una copia identica a mi propia MiniPombolita viajera sólo que nacida bastantes años antes. Y no sólo en el físico, sino en la determinación y concentración de su mirada ante el libro, que era la misma que yo he visto en ella durante todos estos años ante cualquier tarea que se propusiera, tan difícil como conseguir hacer fuego sólo con la voluntad...
Ella se piensa que se ha acordado de nosotras, de mi y de sus hermanas, pero en realidad se ha acordado de ella misma en una edad en que aún estábamos obligatoriamente en su mundo, su infancia, a pesar de que en esa imagen, yo ya estuviera mirando hacia el horizonte en que inevitablemente iba a desaparecer intermitentemente de nuestras vidas, para volar a la suya propia.
Esas son las trampas que nos tiende la nostalgia.
Yo, que pienso que no tengo ninguna de donde nací y dejé, con apenas 19 años recién cumplidos, Bilbao, Vergara, San Sebastián; con hijas catalanas; que hablo una lengua ajena sin haber aprendido a hablar la propia...¡qué cosas más contradictorias!; cada vez que entro en el país vasco, me conmueve enormemente darme cuenta de como he echado de menos, ese verde, esos montes, esos paisajes, mi cantábrico, esas mareas, esa luz, las voces, esa comida, mi gente, mi primera casa, allá donde me crié...
Creo que no volvería a Bilbao, no me gusta el clima, y creo que tampoco me gusta en lo que se ha convertido, una ciudad turística mucho más bonita que la que yo dejé, pero ya sin su rasgo principal: la frenética actividad en la ría; los astilleros, los altos hornos, la herrumbe, el fuego, los barcos, el hollín...
...pero, quién sabe, empiezo a pensar que a lo mejor, dentro de un tiempo, me gustaría volver.
Y es que la vida da muchas vueltas.
viernes, 22 de abril de 2011
jueves, 14 de abril de 2011
Una educación muy deficiente...
Mi amigo Galderich me ha invitado a escribir algo para homenajear a la República en el 80 aniversario de su proclamación, y yo que soy una insensata y me apunto a un bombardeo, pues aquí estoy, estrujándome la mente, para no quedar de pena en esa reunión de "lletraferits" que forman el y sus amigos y seguidores, que no son como yo, algo frívola y bastante inconsistente, sino unos hombres y mujeres cultos, serios y muy competentes, cosa que veréis si os paseáis un poco por sus blogs, en los que no sé ni como me atrevo a veces a comentar...
El caso es que las monjas, que yo recuerde, no me explicaron nada de este tema y como mis estudios posteriores han sido mas bien artísticos a la vez que deshilvanados, para que nos vamos a engañar, saber-saber, sólo sé lo que yo de manera autodidacta he ido asimilando además de lo poco y anecdótico que se hablaba en mi casa.
Recuerdo oír explicar que mi abuelo materno, abogado, cerró su despacho y dejó de ejercer como tal después de la guerra, porque ya no le gustaba que los juicios, por ejemplo, no tuvieran jurado.
Sin más.
Posteriormente averigué que se dedicaba a Derecho Civil y Laboral, por lo que quiero pensar que lo que no le gustaba es, que no sólo no tenían jurado,tampoco tenían divorcio, sindicatos , partidos políticos, elecciones libres, opinión...vaya, que no tenían ni derechos casi...
Esto por un lado, pero también sé:
Que en el primer sitio donde se proclamó fue en Eibar.
Si no conocéis Eibar, os informo que es uno de los sitios mas feos de Guipúzcoa.
Es de esos pueblos hundido entre montañas, -muy angosto-, construido a lo largo de un río, el Deva, del que aprovecha la fuerza del agua.
Es una villa muy gris y lluviosa y llena de fábricas y talleres, históricamente de fabricación de armas.
De este tema se bastante porque mi abuela paterna, era hija y nieta de los fundadores de Orbea, primero armeros y después para disimular, fabricantes de cochecitos de bebé y por supuesto de las ya clásicas bicicletas, aquellas que pesaban una barbaridad y no se rompían jamás, además de fabricantes de la mítica Velosolex ...
Cuando se proclamó la República, mi abuela ya no vivía en Eibar, ya que se casó en el 14, sino en el pueblo de al lado, el de su marido, Vergara, también llamado "el orinal de Guipúzcoa", por el clima encantador del que disfruta...
Como me parece que era algo monárquica, deduzco que no le debió parecer muy bien, pero seguro que se adaptó a las circunstancias, aunque como, debía de conocer a alguno de los instigadores, seguro que no se ahorró ningún comentario sarcástico sobre ellos...
¡Y es que aún la recuerdo hablando de " Telesforutxu" ( Telesfóro Monzón), que era de Vergara...!
Es verdad que a ella nunca le gustó Eibar, según sus propias palabras era "horroroso" y procuraba no tener que ir, si no era absolutamente imprescindible, pero no creo que fuera por la proclamación, sino más bien por estética...
Ella hablaba mucho de que , en 1914, con 20 años y recién casada, su padre, entonces armero, les mandó a Londres a ella y a su recién estrenado marido, que hablaba inglés como un nativo y eso si que era una rareza en la época, a tratar con los ingleses sobre las armas que estos les compraban y que se enviaban a Inglaterra desmontadas, por el bloqueo, supongo.
Junto con ellos y precisamente para montarlas, viajaron unos cuantos obreros de la fábrica ,-seguro que alguno de ellos revolucionario y republicano...-, pero que jamás habían salido de las faldas de la amatxo y que al cabo de unas semanas de comer porridge se sublevaron y dijeron que se volvían a Eibar porque añoraban la comida de casa y sólo se resignaron a quedarse, cuando mi abuela, que no sabía hacer ni un huevo frito, les cocinó algo parecido a las patatas con alubias y chorizo de la amá, siguiendo las instrucciones que le envió la cocinera de casa de sus padres, poco menos que por valija diplomática.
No era para menos: un conflicto internacional.
Esta historia juntamente con los abundantes bombardeos que sufrieron durante toda la guerra por parte de los zepelines alemanes y el té de las 5, ya forman parte de la épica familiar.
Creo que lo que si que había en Eibar era muchos trabajadores y muy organizados o sea mucho ambiente de izquierdas progresista; sería por el horrible clima y lo angosto del lugar, -sin poder apenas pasear ni jugar al frontón-, con mucho ambiente de taberna y poco dinero para gastar, y mucho local del partido o sindicato, donde se hablaba y comentaba y, por supuesto, se ponía verde al patrono.
No sé, los nuestros.
Mi abuela decía que los tenían muy mimados, tanto que había unos obreros, para los que su trabajo consistía en ir a buscar con la ayuda de un burro, agua de una fuente del monte, porque la de la fábrica no les gustaba.
Luego añadía: "así nos ha ido..."
Cuando se proclamó la república, sólo la corporación municipal recién elegida estaba compuesta de 10 socialistas, 8 republicanos y 1 del PNV.
¡Ahí queda eso!, ¡Qué alegría!
Años más tarde, por 1976, más o menos, y después de una larga crisis económica y de una pésima gestión, la tercera generación Orbea, cedió la fábrica a los trabajadores y esta pasó a ser una cooperativa formando parte de la Corporación Mondragón.
Ahora fabrican todo en China.
Habría que averiguar si, a pesar de Mao, este era un objetivo revolucionario y republicano, que me temo que no, pero esa es otra historia.
Y eso es todo lo que sabía...pero escribiendo esta entrada he hecho un poco de investigación, en mi estilo, así, como errático, y he encontrado este texto que me ha aclarado bastante por qué aquí duró tan poco:
Cualquiera sea la forma con que se encubra una república, por democrática que sea, si es una república burguesa, si conserva la propiedad privada de la tierra, de las fábricas, si el capital privado mantiene a toda la sociedad en la esclavitud asalariada, entonces ese Estado es una máquina para que unos repriman a otros. Debemos rechazar todos los viejos prejuicios acerca de que el Estado significa la igualdad universal pues esto es un fraude; mientras exista explotación no podrá existir igualdad. El terrateniente no puede ser igual al obrero, ni el hombre hambriento igual al saciado.
V. I. Lenin
¡Bicicletas (chinas) para todos y viva mi abuela y la República Eibarresa!
Un supuesto equipo Orbea republicano
sábado, 9 de abril de 2011
Jóvenes Ejemplares
La realidad es tan absurda que cualquier cosa que se me ocurra escribir, se que va a resultar cansina, repetitiva, y como mínimo, aguafiestas...
El otro día, en la plaza Cataluña de mi ciudad Barcelona, unos jóvenes, aparentemente normales, convocaron una guerra de almohadas.
Por normales preciso, que no parecen unos pijos, ni prepotentes, ni bobos, es más, conozco personalmente a alguno de ellos y lo tengo por buena gente.
No es que la convocatoria tuviera un éxito arrollador, pero "deu n'hi dó" la gente que había como dicen por aquí, que quiere decir que había bastantes pero sin ser multitud...
Todo puede ser, que algún padre o madre hiciera como yo, que le dije a mi MiniPombolitaTres:
" Como se te ocurra ir, te doy una torta".
Es que yo soy bastante políticamente incorrecta en el tema de repartir.
No fue.
Y no dejó de ir por la torta.
Fue porque entre torta y torta, creo que he conseguido trasmitirle un poco de vergüenza y algo de sentido común.
Ayer en Madrid y en otros ciudades se manifestaron cuatro gatos que dicen que no tienen futuro.
Vamos bien.
Aún no se han enterado que no tienen casi ni presente.
Eso si, tienen las convocatorias del facebook.
De limpiar la guarrada que dejaron, se ocuparon las brigadas municipales.
La Guardia Urbana estaba ocupada mirando para otro lado.