Cotillón.
Hago un inciso en el tema belenes y quiero que quede constancia aquí, ya que es lo que toca ahora, que odio el cotillón de Nochevieja y toda la parafernalia que lo acompaña, como gorrito, matasuegras , serpentina y demás, y todo viene de una dolorosa y traumática historia de mi juventud.
La cosa fue así: era la primera nochevieja que me dejaban salir a un cotillón y mi acompañante ( en aquellos años, no se planteaba que las chicas fueran solas), uno con el que llevaba "saliendo" un tiempo, y que había quedado en pasarme a buscar a las 9.30, no apareció.
O sea, desapareció.
No lo volví a ver nunca más por el procedimiento de mirar a través de el (Bilbao es muy pequeño) y como no se dignó ni darme una explicación, para mi desde entonces, está muerto y enterrado, pero el fin de año, me lo estropeó ya para siempre.
Cada año me acuerdo.
Ese noche lloré tanto que ante mi asombro ( la encontré absolutamente marciana), mi madre me preguntó si estaba embarazada, que era la preocupación mayor de las madres de la época.
En fin que finiquitado el tema cotillón y sus secuelas, lo que quiero hablar es de montar belenes.
Eso me encanta.
En casa lo montaba mi padre, ayudado por nosotros.
Mi madre pasaba del tema. Ya a principios de noviembre empezaba:"¡qué horror!, dentro de nada es navidad, ¡odio la navidad!", cosa que a sus hijos nos entristecía mucho y que no comprendimos hasta que fuimos mayores, y eso hacia que viviéramos en una bipolaridad constante, entre un fan entusiasta de la navidad y una antinavidad militante. Por supuesto nos quedábamos con el fan y, es mas, creo que a todos los hermanos nos encanta la navidad y ahora que mi padre ya no está, su espíritu sigue planeando sobre nosotros, haciendo que sigamos haciendo las cosas que hacíamos con el, como montar el belén, ir a buscar musgo y sobre todos cantar la noche de nochebuena, todas las canciones RH- que cantábamos con él y su piano o acordeón, entre ellas su gran éxito, El Topolino, una creación suya y un hit entre la familia, una canción con una letra tan absurda que sólo entendemos nosotros y que todos nuestros niños llevan incorporado al nacer en el gen de Vergara.
Mi belén también es un clásico. Como soy creativa, mas o menos cada año me lo curro. Es más, si por circunstancias en mi vida no me ha apetecido montarlo y he ido demorando el tema hasta la propia víspera de navidad, al final siempre he acabado montándolo y esas veces seguramente son las que he tenido más éxito. Un año, que estaba enfadada con el mundo y tenía poco tiempo, monté un solar con farolas y un cartel de "Próxima construcción...", un chamizo con plásticos y ladrillos sueltos y la familia ahí metida, sin mula ni buey, que eran pobres, una gallina y para de contar. Tuve mucho éxito. Mis hijas traían a sus amigas para enseñárselo.
Este año no he tenido mucho tiempo pero me ha quedado muy bien. He prescindido de todo lo que tengo, casas, ríos, huerto, puentes y demás y sólo he utilizado las figuritas ( son minuscúlas) y un viejo juego de construcción.
Aquí os lo dejo.