jueves, 15 de octubre de 2009
¡Me dan una rabia...!
No soporto esa gente que continuamente te está recordando que trabaja mucho más que tú.
Seguro que conoceis alguno.
En cualquier ocasión y sin venir a cuento, sacan a colación las muchas e intensas horas que dedican a su trabajo, lo pesado y díficil que es éste, que compañeros más ineptos, quejicas y engorrosos tienen y como todo se vendría abajo si ellos no estuvieran allá para sostenerlo; cuanto se merecen unas vacaciones, ellos más que tú por supuesto, y por qué , en este periodo y en otros también, no pueden ocuparse de "nada más" que no sea su merecido descanso y léase este "nada más" como se quiera...
El caso es que me dá la impresión de que abundan, sobre todo entre el género femenino, y creo que esta manera de ser y hacer, va ligada a la dichosa culpabilidad que las mujeres arrastramos desde que la iglesia católica se metió a mal-educarnos, ya que, esto de justificarse siempre y sin venir a cuento, no parece que afecte a muchos hombres; ellos historicamente, ya dan por sentado que su trabajo es fundamental.
Resumiendo: tengo más opiniones sobre ésto, pero antes, me encantaría que algun bloguero diera la suya...
Las mujeres y la culpa...Una vieja historia. Nos vendieron aquella medalla de la madre, tan sublime: "dar mucho y pedir poco" y, en cuanto damos menos y pedimos más, nos mata la culpa (por malas), pero, personalmente creo que tenemos que hacer el trabajito individual de liberarnos de la culpa y disfrutar de la vida. Yo estoy en ello.
ResponderEliminarEn cuanto a trabajar mucho y ser imprescindible, se me pasó hace tiempo. Trabajo para vivir y me expando, profesioanlmente, en la medida en que me gratifica. Claro que, si a mi edad no he conseguido estar medianamente a gusto conmigo misma, tendría que pedir a algún colega que me ecgara un vistazo.
Pombolita, no te sulfures, que la vida está muy achuchá.
Beso gordo
La foto es genial
ResponderEliminarNo me sulfuro Beatriz, es que soy exagerada por naturaleza...
ResponderEliminar¿A que el cuadro es genial?: esa mujer, llevándose las manos a la cabeza, con toda la culpa del mundo entre su pelo....ja, ja...
Yo tambien estoy en ello....liberándome por supuesto
un besito para Pombolita y Beatriz, mis liberadas preferidas, desde Paris, donde la pretendida liberacion de las mujeres es solo, en mi opinion, un cliché mas. Perdonad la falta de acentos, los teclados francesos aun no han entendido su utilidad.
ResponderEliminarbrrr que frio!!
pombolita junior
Hola minipombolita, abrigate que a ver quién te va a cuidar en París como te cuido yo...
ResponderEliminar¡Toma cliché!
Tiene razón Oyana, es histórica la"culpa"
ResponderEliminarMenos mal que no se de historia jajaja
Pero tambien creo tiene mucho que ver,con la poca pasión por la vida.
No niego que en el ámbito laboral, puede que alguien tenga la mala suerte de ejercer un trabajo que no le guste y eso es terrible.
Pero igual, se resume en la poca pasión, porque de lo contrario, ya se hubiese ingeniado,en como cambiarlo.
Pero vamos, seamos sinceras, hay personas, hombres y mujeres, que hasta en el dulce descanso, de los que sea, tambien se quejan jajaja
Besossss
Gizz
Hola, vengo desde el post que Oyana te dedicó. En primer lugar darte la bienvenida al mundillo bloguero. En cuanto a la culpabilidad de las mujeres creo que por herencia cualtural nos viene desde que la pécora de Eva tentó a Adan con aquella exquisita manzana. Pienso que las en ese sentido y afortunadamente (de a poquito, eso sí), la mentalidad va cambiando
ResponderEliminarSaludos
Oteaba
PD.- la fotografía ¡increible!
El día que yo llegue a la conclusión de que mi trabajo es fundamental, me jubilo...
ResponderEliminarjajajajaja, eduardo. Esa frase merecía ser una entrada tuya
ResponderEliminarEstoy con Oyana....has estado "sembrao"...
ResponderEliminarCreo que los varones son indiferentes, los que lo son, porque efectivamente asumieron su rol sin demasiada ilusión pero con pleno convencimiento de que no podía ser de otra forma. Nosotras no. Todo lo que arrastramos de lejos nos condiciona, nos incentiva y nos convierte en aguerridas competidoras. Vaya por delante que no creo en la tan cacareada delicadeza femenina, y competir por competir, mejor hacerlo con las iguales, ¿no?
ResponderEliminar¡Bueenaas veciina!, ¿tiene azúcar?; es que vengo de casa de OYANA y me dice que usa sacarina, y a ver como cristalizo yo las manzanas con esas pastillitas.
ResponderEliminarConozco gente como la que Ud. dice, que me agotan con el relato de sus desvelos; y yo, que no trabajo demasiado últimamente les propondría compartir curro y salario, pero me temo que no quieren soluciones sino medallas al pasarse el dorso de la mano por la frente y poner el careto de la imagen.
....¿Y mermelada, tiene mermelada?
Que no, que resulta que suena peor de lo que pretendí que sonara, y en estas cosas hay que ir con mucho tiento, por si acaso.
ResponderEliminarPara nada reconozco desigualdad alguna fuera de la desigualdad que, gracias al cielo, generó entre nosotros la sabia naturaleza, que para eso está. Pero si creo que el peor enemigo de la mujer es la mujer.
Lo siento, pero así lo pienso.
Yo tambien creo, Isadora, que nuestro peor enemigo, somos nosotras mismas y tambien creo, que la mayor parte de las mujeres , nos pasamos la vida, luchando contra nuestro peor enemigo: es agotador...
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