Te encuentro algo Heideggeriana respecto a la navidad; o sea algo críptica. ¿Qué diferencia hay entre comer el pollo comprado en la esquina de camino a tu casa a las dos de la tarde o comer el pollo después de haber luchado con él dos horas en el horno de tu casa, haber pringado la cocina y recibir a la gente atufando a grasa porque es navidad? Te lo digo: cuando entra tu hijo que lleva años viviendo fuera y te dice: "huele a Navidad..." Latía
O sea, Latía, que según tu más o menos la esencia de la navidad es que tus hijos te agradezcan con un "piropo" muy sesgado el pollo de un dia, no el pollo que te has currado el resto del año sin que te digan ni mú. Pluvisca y Oyana, ...me parece a mí que habeís caido de cuatro patas en lo críptico, directamente.
Pues a lo peor es eso, que un día decimos porque hay que decirlo lo que no sentimos; y el resto del año, por -¡vaya usted a saber por qué!- comodidad, timidez, falsos respetos o mil otras razones todas ellas absurdas, nos callamos lo que sentimos a raudales .
Te encuentro algo Heideggeriana respecto a la navidad; o sea algo críptica. ¿Qué diferencia hay entre comer el pollo comprado en la esquina de camino a tu casa a las dos de la tarde o comer el pollo después de haber luchado con él dos horas en el horno de tu casa, haber pringado la cocina y recibir a la gente atufando a grasa porque es navidad? Te lo digo: cuando entra tu hijo que lleva años viviendo fuera y te dice: "huele a Navidad..."
ResponderEliminarLatía
me quedo esta vez con la primera, porque la segunda no suele ocurrirme
ResponderEliminarPluvisca ¿te ocurre la primera y no te ocurre la segunda??? No me lo puedo de creer...
ResponderEliminarO sea, Latía, que según tu más o menos la esencia de la navidad es que tus hijos te agradezcan con un "piropo" muy sesgado el pollo de un dia, no el pollo que te has currado el resto del año sin que te digan ni mú.
ResponderEliminarPluvisca y Oyana,
...me parece a mí que habeís caido de cuatro patas en lo críptico, directamente.
De 365 pollos que te agradezcan uno me parece una victoria. ¿Cuántos hay que ni eso?. Y me enternece.
ResponderEliminarLatía
Eso si que es surrealismo...puro, añado.
ResponderEliminar¡A favor de la Navidad! Si no, ¿cuándo aparecería yo por ahí? :-)
ResponderEliminarPues a lo peor es eso, que un día decimos porque hay que decirlo lo que no sentimos; y el resto del año, por -¡vaya usted a saber por qué!- comodidad, timidez, falsos respetos o mil otras razones todas ellas absurdas, nos callamos lo que sentimos a raudales
ResponderEliminar.
Las cifras es lo que tienen, son rotundas:
ResponderEliminar364 pollos contra 1 pollo...
De 4 patas nada, de 6, que yo tengo reserva ....
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