miércoles, 24 de febrero de 2010
Cosecha propia 2
Para pensar en ti tengo que hacerlo:
devanar la madeja de los días;
Ir para atrás en la cuenta de los años;
Volver al azul de aquellos mares;
Recoger las guedejas de mi pelo,
entonces aún oscuro y brillante como el ébano.
Para pensar en ti tengo que hacerlo:
olvidar qué ha pasado en estos años;
Como las cuentas de un largo rosario,
repasar mis recuerdos de uno en uno
y rezar letanías desgarradas
como una loca emperatriz en duelo.
Para pensar en ti tengo que hacerlo:
olvidar lo que tuve y lo que tengo;
Pensar que ya han pasado 30 años
y mi cuerpo ha cambiado en este tiempo;
Olvidar lo de hoy, tal vez rememorar
historias de otros tiempos.
Para pensar en ti tengo que hacerlo:
centrarme en el recuerdo de aquel día,
tu mano en mi cintura, la música lejana,
la alegría,-mi corazón latiendo,
tan pegado al tuyo-, que casi se salía;
Y la camisa blanca que se abría.
Para pensar en ti tengo que hacerlo:
no leer las noticias en la prensa,
guerras que no son tuyas ni son mías.
Olvidar que hemos ido a Marte y a Neptuno;
Borrar estos recuerdos de mis días
pasados en vivir todo este tiempo.
Para pensar en ti tengo que hacerlo:
olvidar dónde estás, frío y eterno,
y pensar que aún bailamos cada día,
el baile de los niños y los locos,
que siguen esta absurda melodía.
Para poder vivir tengo que hacerlo.
Febrero 2010.
Ilustración de Cristiana Couceiro
Si te sirve para vivir, adelante.
ResponderEliminarme gusta tu poema
Besinos
Me doy cuenta de lo sentido del poema, pero debo discrepar en el fondo; pueden ayudarnos los recuerdos a endulzar un día amargo; pueden incluso aliviarnos al saber lo alto que podemos llegar; pero el futuro es otra cosa, y despojados de lo bueno y de lo malo, debiéramos intentar sentirnos vivos, por si hubiera nuevas cimas.
ResponderEliminarGracias chicos.
ResponderEliminarSólo son palabras, agradablemente encadenadas.
Efectivamente el futuro es otra cosa, Rodrigo, y el presente es aún mejor.
Os aseguro que me siento muy viva... y coleando.