jueves, 20 de mayo de 2010
La realidad
Mi minipombolita numero tres nació antes de tiempo.
Mucho antes.
Tenía que nacer a finales de agosto y lo hizo dos meses y medio antes.
Todo fue algo dramático pero tuvo un final feliz.
Era el bebé más diminuto del mundo mundial.
Yo la encontraba preciosa, pero era muy pequeña y delicada y tuvo que estar en la incubadora unas cuantas semanas.
Todo esto trastocó los planes que habíamos hecho para el verano y tuvimos que improvisar un plan B para sus hermanas.
Así que sus abuelos paternos se las llevaron al pueblo de mar donde habitualmente pasamos los veranos.
Allá tenían tíos, primos y amigos y estaban muy entretenidas y muy bien atendidas.
Una vez a la semana, aunque está bastante lejos, subíamos a verlas un ratito porque nos añorábamos mucho mutuamente.
Ellas ya tenían 7 y 5 años y yo recuerdo que entonces las encontraba muy mayores pero, en realidad, eran unos bebés asustados, sobre todo la segunda, más pequeña.
Después de estar un rato con ellas y explicarles cosas de su minihermanita, inventadas, por supuesto, ya que no hacía nada especial, dormía como un ceporro metida en la incubadora, como un pollito entre algodones y sólo podíamos tocarla un poquito..., llegaba el momento de volver a la ciudad.
Mi suegra, que es muy lista y bastante gamberra, se había inventado con sus nietos, y creo que ya con sus hijos, una ceremonia que consistía en empujar el coche por todo el parking hasta la salida, lo que siempre era motivo para que los niños acabaran muertos de risa y se olvidaran de la partida en sí, y la última imagen que teníamos era de las niñas riendo como locas detrás del coche.
Estoy pensando que , ahora, seguramente, nos detendrían...
Pasado el tiempo, un día, mi suegra me explicó, que, cada vez que nos íbamos, una vez acabada la juerga de empujar y ya sin ver el coche, la pequeña le decía muy seria y muy triste: "Àvia, això que ens passa és molt trist", que en castellano quiere decir, "Abuela, esto que no pasa es muy triste".
La verdad es que tuve una angustia retrospectiva que me encogió el corazón porque era cierto que la situación fue complicada y que, a los cinco años, estar alejado de tu mamá y tu papá y que la alegría de tener una hermanita se convierta en incertidumbre por su futuro, era realmente triste para ella, para su hermana mayor y para nosotros.
Todo pasó y bien está lo que bien acaba, pero a lo largo de mi vida, de nuestra vida común, esta frase surge recurrentemente siempre en contextos divertidos o melodramáticos y se ha incorporado al imaginario familiar.
Vaya, que la decimos bastante.
Hoy, veinte de mayo de 2010, ante la situación local, nacional, europea, mundial, ante la desilusión de lo que imaginamos, ante la insensatez de los hechos que como cascada se van precipitando, ante lo poco que podemos hacer como individuos, no tengo mucho que de qué hablar y lo único que se me ocurre es decir:
¡Això que ens passa és molt trist!
Pombolita eres una privilegiada,tienes tres tesoros para disfrutar,todo se arreglará,no nos pongamos pesimistas,comparándonos con el resto del mundo ,vivimos en lo mejor y nuestros hijos nos tienen a nosotros para ayudarles a pasar la crisis,tengamos fé en que todo irá bien. De crisis peores se ha salido. Estemos positivos y todo irá bien. Bueno creo que nos falta el Clooney,que se le va hacer ,todo no se puede tener. Un abrazo.
ResponderEliminarPombolita,
ResponderEliminarFantástica narració d'una història familiar que passa a formar part de l'imaginari familiar. Afortunadament, com dius, la cosa va passar i ara la Pombolita 3 aixeca el vol. Però això que ens passa és molt trist!
No estic d'acord amb la lolibel perquè no per dir que hem de ser positius La Cosa millorarà. Al contrari, necessitem que se'ns faci una anàlisi ben feta de la situació i que no se'ns enganyi més amb brots verds i altres sofismes per dir que estem molt fotuts. Que se'ns digui quan sortirem de la crisi de manera real perquè només des de la realitat puc ser optimistes, encara que aquesta realitat sigui molt dura.
Que frase mitica! Si cierro los ojos aun puedo oir el "adeu, adeu,adeu...." de la escena del coche.
ResponderEliminarMuy de acuerdo con Galderich: si ser optimistas quiere decir callarse y hacer como si no pasara nada, andamos bien! Es necesario un proceso de autocritica y un analisis pesimista de nuestro sistema para poderlo mejorar y avanzar.
Mi anónimo favorito, supongo que vienes de París como los bebés...¿te acuerdas? ¡adeu, adeu!...era la época que estabas tan delgaducha y no parabas de morderte los labios de nervios, sin perder ripio de nada de lo que pasase a tu alrededor...¡qué mona y espabilada eras!, igualita que ahora...
ResponderEliminarTambién estoy con Galderich, no sólo tenemos que ser optimistas,-yo lo soy y mucho, es mi temperamento- tenemos que pensar de un modo crítico y radical, modificar lo que no funciona, ir más allá de la política, más allá de los partidos, pensar todo lo que haga falta de nuevo, aplicar la teoría de una vez...
En fin, después de la decadencia del imperio romano, vinieron los bárbaros, quizás estamos en ello...yendo hacia la razón...y vuelta a empezar.
Felicidades. ¿Quién podría añadirle una sola coma a su narración y al acierto de aplicarla a un contexto tan distinto?
ResponderEliminarNo le falta de nada.
Muchísimas gracias.
Gracias Isadora, a ti, a todos, por leerme...
ResponderEliminarAY, Pombolita! qué gusto da leerte. Esa falsa idea de que los niños no sufren o no se enteran de nada, es algo que nos hemos inventado los adultos para tranquilizar nuestras conciencias. Si somos capaces de retroceder a nuestra infancia y recordar, es fácil comprobar que no sólo estábamos mucho más informados de lo que ocurría a nuestro alrededor de lo que pudiera suceder sino también que sufríamos por las cosas.
ResponderEliminarMenos mal que tu minipombolita tercera es una belleza y un encanto. También una superviviente.
En cuanto a la situación actual es muy muy triste. Y no sólo por la crisis económica, sino por la de valores. Y por la sumisión que mostramos ante todo lo que ocurre.
Decir que contra Franco vivíamos mejor es terrible (una dictadura es un crimen), pero, el sufrimiento agudizaba nuestro ingenio y no sólo pensábamos más, sino que nos revelábamos. Ahora, si estamos muy cabreados, nos doblan la ración de belen esteban o de los bailes glamurosos de la Lobama y ale! a soñar. Definitivamente, aixó que ens passa, és molt trist
Menos mal Beatriz que en esta orfandad de ideas, de buenas ideas, aún nos reimos de vez en cuando...
ResponderEliminarAy, me encanta el híbrido que has hecho con la Lomana y Obama, Lobama, tiene gracia toda la panoplia de posibilidades que se abren: Obama bailarín en un concurso de televisión, el cerebro de Obama en el cuerpo de la Lomana, ésta de presidenta de los EUA, la Lomana negra bailando claqué como en el cantor de Jazz, Obama enseñando su vestidor ( perdón, sus habitaciones, que ella dijo que no tenía vestidor para su ropa, sino habitaciones...), la Lomana volviendose loca en el vestidor de la Casablanca, Obama ligando con el bombón de la presentadora enfundado en un frac y cantando Night and Day...en fin...
¡pero qué bien escribes, corazón!
ResponderEliminarlo dejas todo dicho.
besote.
Gracias Nata, pero yo quiero que los demás también escriban que si no me quedo opinando solita...
ResponderEliminarQue parell de àvies tan esplendit¡¡¡ una imaginant, l´altra visitant ¡¡...que reconfortant relat...em quede amb lo bó¡¡
ResponderEliminarMe alegro mucho que te guste, Republica, aunque yo, de momento, no soy avia. Gracias.
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