miércoles, 14 de julio de 2010
Madres
Las playas de este pueblo de la costa brava que frecuento son pequeñitas y enganchadas una a otra como cuentas en un collar.
Tengo que confesar que a mí que me he criado en las grandiosas playas del cantábrico, me encantan las calas pequeñas y solitarias.
Las conozco maravillosas, sin irse muy lejos, en las Baleares, o las que descubrí el año pasado en las islas Eolias, pero con las calas urbanas de este pueblo, tengo una especie de adicción.
Es cómodo: estás en casa, te levantas y dices,-me voy a dar un baño-, y te lo das.
Sin coger el coche, sin casi planearlo…encima te puedes tomar un café, y comprar los periódicos, los tomates y el melón casi de pasada.
A la hora que yo bajo hay poca gente y el agua está para estrenar: muy fría, pero buena y muy limpia, toda llena de peces.
Tendría que bañarme e irme pero como bajo con el libro y la sombrilla, me voy quedando. Baja uno, baja otro y así me va pasando la mañana, en la observación y en la conversación.
De los diversos tipos de personas que observo hay algunas que consiguen ponerme los nervios de punta:
Hay unos que son los que yo llamo “padres motivados”.
Suelen ser preferentemente madres.
Llegan temprano, cargados de montones de cosas: la supersónica silla del niño/a, la sombrilla, el sombrerito, el cargamento de juguetes de colorines, la bolsa con el montón de cremas para embadurnar a la criatura y que no se les queme, más los zumos, biberones, galletitas o potitos que tenga que tomar para no deshidratarse, y las toallas, una bañera de plástico para que vaya practicando antes de meterle en el agua que está muy fría, un flotador patito o manguitos o burbuja o todo a la vez para que no se ahogue, la cámara de fotos o la cámara de vídeo o ambas para inmortalizar ese baño histórico…en fin, que todo eso no tendría ninguna importancia de no tener que aguantar a la fantástica “madre motivada” explicando prolijamente a su hijo para que sirve todo ello y dónde se lo va a poner la mamá a la monada de su criatura:
-“Mira, Mariona, ahora pondremos un poquito de crema en la barriguita, en la naricita…y en los piececitos...y mira, Mariona, mamá también se pondrá la cremita…y Mariona, no molestes a esta señora , ten cuidado, Mariona…y mira Mariona, también le pondremos cremita a papá en la espaldita…y mira Mariona, antes de meternos en el agüita, extenderemos las toallitas y ¡mira que conchita más chiquitina y bonita ha encontrado tu mamaíta…! Y ahora, Mariona, tomaremos un poco de zumito y un mordisquito del bocadillito de jamoncito que está muy rico…y ten cuidado Mariona, no tires agua en la toalla de esta señora, Mariona…-perdone, eh, los niños ya se sabe-…a ver Mariona, -mírame Mariona-, que le mandaremos una foto a la abuelita…”-
Así, toda la mañana…
Estos padres motivados también te intentan implicar en su conversación y en su admiración por haber tenido un hijo tan especial.
Te imponen su paternidad orgullosa sin ningún miramiento.
Con el segundo, si es que llegan a tenerlo, van perdiendo gran parte del impulso y a éste ya lo ven casi normal.
Me agotan.
Creo que prefiero la especie abuela gritona.
No sé si cuando tenía mis crías pequeñas era tan plasta, probablemente si, por lo que quisiera pedir disculpas aunque sea tarde, por si he arruinado a alguien una mañana de playa.
De verdad y humildemente lo digo.
La verdad es que hemos sido muy plastas,muchos mimos y cuidados con nuestros retoños y espérate que como tengamos nietos ,vamos a ser unas abuelas más plastas todavía o eso o de las gruñonas,ya se verá.Un abrazo.
ResponderEliminarHa, ha... a mi mai em podras dir que he arruinat cap dia de platja a ningú!
ResponderEliminarMucho me temo que yo habré pasado por madre de playa pesada. mas bien gritona y estira pelos cuando había que peinar las trenzas de las niñas a la hora de recoger el personal (las trenzas solían estar mojadas y mezcladas con arena) en cuanto a llevar cacharros, yo no soy de esa época. Como mucho cubo y pala y a veces flota. Sed: a la fuente. Mamá: pasa el patatero. Nada que si no luego no comeís. Para alguno de mis niños esa fue una época de tortura. Que pena ¿verdad?. Claro, en cuanto pudieron se emanciparon.
ResponderEliminarYo creo que un poco pesada seguro que eras, como casi todas las mamas, pero tengo que decir que mis recuerdos de playa son mas bien de estar muuuuuy lejos de ti, entre las rocas, inventando aventuras con Bruna o pescando erizos. Y nada de piscinas de plastico ni cremitas ni videos. Mas bien libertad total dentro de tu angulo de vision, claro. Solo veniamos bajo tu sombrilla para comer:mmm...puedo oler la tortilla de patata y el melocoton cortadito dentro de su mitico taperwere naranja...mmmm qué rico! pombo jr.
ResponderEliminarComo veis he sido más bien madre plasta pero bruta, sobre todo porque como soy muy calurosa las mandaba lejos de mí para que no me agobiaran...eso si a la hora de comer venían como moscas, ellas y unos cuantos moscones al olor de mi tortilla de patatas, -que no es por nada pero tiene grandes adeptos en la Malaespina-, y que no se avergozaban de pedir las sobras...
ResponderEliminarHe sido tan descastada que un dia con la de Génova, andabamos tan enfrascadas en la conversación debajo de la sombrilla que cuando vimos que los de la Cruz roja rescataban a una niña herida en las rocas ni se nos ocurrió pensar que nos pertenecía, concretamente a mi, ya que era la intrépida Bruna que había aterrizado encima de una colonia inmensa de erizos ( cuando había, que ya no hay, se los comen...) y hasta que no vino Pombo jr a avisarnos del percance estabamos tan ricamente.
La tía, una valiente que derramó un único lagrimón y que ya era una prima donna, anduvo el resto del verano hecha un ecce homo de puntos negros por todos lados, suerte que al día siguiente nos íbamos de viaje a Asturias, porque no se pudo bañar en unos cuantos días...
El patatero ¡qué recuerdos infantiles! ...aquí no hay, había el mítico coquero pero hace unos años desapareció. El original tenía los pies más monstruosos que he visto jamás. Me obsesionaban. Supongo que era el resultado de la conbinación de años de sandalias de plástico, cangrejeras creo que las llaman por ahí, y la arena de aqui, tipo piedra pequeña. Tuvo un sucesor durante un tiempo que era igualito que ese actor que ahora no recuerdo el nombre, el del Arca perdida, ese. Pues era igual pero en soso.
Lo que más recuerdo de las playas del norte eran las mujeres que vendían barquillos. Los llevaban en unas cestas enormes y tenían forma de abanico. Ellas llevaban unos impolutos delantales blancos. Deliciosos.
Y como no, las casetas de lona de rayas.
Una vez recuerdo una galerna en Zarauz que, en cuestión de minutos, convirtió un dia de un azul radiante, en una pesadilla en la que todo volaba peligrosamente: casetas, gaviotas, sombrillas, toallas, flotadores...
En la confusión perdí unas sandalias que acababa de estrenar y que al cabo de unos dias vi en una por la calle...estoy convencida que eran las mias, pero a pesar de mi indignación no me atreví a decir nada.
Aún las recuerdo, eran de tiritas de piel marrón , como de romana, como las que se llevan esta temporada.
Pombo jr. te olvidas del mítico parque de atraciones que te hacía en la playa con los Pin y Pon, el cubo, los palitos, las algas y todo lo que encontrabamos en la arena...todo para que te comieras la tortilla de patatas tan deseada por el resto de la playa.
ResponderEliminarUy si que me acuerdo de los oasis pin y pon en la playa, aunque entonces yo era muy peque, asi que no podia apreciar tus dotes culinarias. oye por cierto, que ahora si que las aprecio...te acordaras manana?jaja
ResponderEliminarAviso que mis dotes culinarias aquí en la playa, están muy mermadas y además que tengo mucho trabajo...
ResponderEliminar¡Ay, los baños que me estoy perdiendo, aquí a 32 grados en la calle y 31 en casa! :-(
ResponderEliminarPombolita jr.: el otro día pensé que iba a intervenir a propósito de las horas y horas que pasábamos jugando con tus Pin y Pon, cuando eras tan pequeñita que aún no habían nacido Bruna ni Laura, lo dejé para otro momento y se me ha adelantado Pombolita.
Siempre te quemaste un poquito y siempre me preocupó que no te pusieran crema...
Os echo de menos, y aunque me haya trasladado a otra playa, que no sé cómo aguantáis en esa parrilla tan pequeñita, no veo la hora de llegar a principios de agosto!!!
Yo me acuerdo de otra galerna en Zarauz en la que nuestra querida prima, que pasaba el verano con nosotras, casi perdió el flotador en forma de pato que hacía un ruido insoportable y que todos acabamos odiando. Ocupaba medio coche pero no se podía desinflar porque -según nuestra prima- entonces dejaba de hacer ruido.... Aquellas eran aventuras... Al grito de: ¡Qué viene la galerna! había que salir pitando y recoger lo que uno pudiera. No he vuelto a vivir ese espectáculo en ninguno de los lugares en que he vivido (que son varios). Bueno, a mí me quedan dos semanas y pico para irme a tumbar a la calita susodicha y compartir observaciones y comentarios.... hasta pronto....
ResponderEliminarJo, chicas....hay que ver, sino se habían enterado por aquí de lo imperfecta madre que he sido, soy y seré, ya con lo de que no le ponía crema a mi nº1 ya ni te digo...y encima tú no te enteras de porque yo defiendo mi trozo a muerte: es que en esa punta de la cala corre siempre brisita y de parrilla nada de nada y sino preguntale a Celia...
ResponderEliminarDel pato también me acuerdo, como si no...¡Mafalda dos nos estuvo dando la tabarra lo que a mi me pareció una eternidad!
ResponderEliminarSí, yo puedo dar fe de la brisa y de lo estupendo de la punta de la cala. Pos cierto, después de leer esta entrada leí la otra con "horror". O sea, que nos hemos quedado sin nuestro sitio. No puede ser. Esto hay que arreglarlo como sea. Espero que no tengan vacaciones todo el verano....
ResponderEliminarPues me temo que como están jubilados tienen vacaciones ya para siempre, aunque tengo comprobado que algún día dejan de venir...
ResponderEliminarA mi niña ni tocar, eh?. Por algo se aferraría ella al pato.
ResponderEliminarLa anterior es Belen Esteban?
ResponderEliminarA ver anonimo progenitora de la niña del pato: tu niña de pequeñita era muy suya, a saber como se relacionaba ella con el dichoso pato...
ResponderEliminarAnonimo anonimo: no, no es Belen Esteban pero también tiene un pronto, eso si, muchísimo más elegante
Je! In-so-por-ta-ble, de verdad. Ahora una duda: entonces vos te llamás Pómbola y lo de "Pombolita" te qúedó de tus padres en la playa?
ResponderEliminar¿Pómbola quiere decir algo en Argentina?
ResponderEliminarContále la verdad Pómbola. Contále que en realidad tu nombre es Tómbola. Una pareja de enamorados alcanzaba a pasar por aquel lugar cuando alguien les dió un boleto. Fueron afortunados con la linda nena. Que sorpresa, que alegría! Cómo no se iba a llamar así si era en la feria. Ya ves Nico, no le quedó de sus padres en la playa, le quedó de la fe-ri-a.
ResponderEliminarMuy bonita historia...ya me gustaría...
ResponderEliminarEfectivamente, pómbola no es nada que yo sepa (ni siquiera en Argentina) pero tómbola sí, cómo bien "cuenta" Anónimo.
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