lunes, 9 de enero de 2012
Tiempo de nieve...
Acabé el año y empecé 2012 en San Sebastian, rodeada de gente a la que quiero mucho y en una fiesta muy friky y muy beige bailando auténticos vinilos de Peret y de Nino Bravo...
No es una mala manera de acabar un año de por si muy extraño.
Además yo que nunca sueño, estuve tres noches seguidas antes de fin de año, teniendo unas casi pesadillas, raras y absurdas porque aún no les he encontrado el sentido, y que me han hecho pensar en un amor que tuve de jovencita, y al que quise mucho, pero que era un poco "torturado" y tuvo una temporada que se obsesionó con lo que soñaba y se ponía el despertador a media noche, para apuntar en una libretita que tenía en la mesilla, el sueño del momento, y así varias veces cada noche.
Agotador... y luego me lo explicaba y me pedía opinión.
Era tan mono que me hacía gracia, pero era el amor que me cegaba, le tenía que haber centrado más en mi y en mis encantos y a lo mejor, quién sabe, las cosas hubieran ido de otra manera...
El caso es que mis sueños, resumiendo eran algo así.
En el primero soñé que los vecinos de arriba tenían un escape de agua ( algo que ya ocurrió hace unos años) y como han hecho unas obras insensatas en que cambiaron la distribución de la casa, el resultado es de que ahora tengo encima de mi habitación un lavabo con una lavadora-secadora, que al principio cuando estaba nuevecita, practicamente no oía pero que ahora, pasados unos años, cada vez oigo más el traqueteo.
El caso es que en mis sueños el agua bajaba como una catarata algo mansa pero en gran cantidad y yo subía, extrañamente muy serena, a ver que pasaba, y de repente, resultaba que esa lavadora en realidad, en vez de estar en la casa de los vecinos, era como la puerta abierta a un mundo diferente y feliz, verde y luminoso, en que todo era muy fácil y hermoso y no había crisis ni nada de nada, y por no haber no había ni dinero y como pasa en los sueños, ya no sé es si me quedé o no, pero el agua seguía cayendo por la esquina de mi cuarto y a mi me importaba un pito.
En el segundo sueño, de un modo algo rocambolesco abría una carta que una de mis hijas se había dejado en casa y que yo pensaba que era importante para saber algo que no sé que era, pero el caso es que resultaba que eran unos análisis y en uno de los apartados después del hierro y esas cosas ponía:
Estado: Ilusionante
Y yo me quedaba pensando qué demonios quería decir semejante sandez hasta que al cabo de un rato me daba cuenta de que en realidad lo que quería decir es que estaba embarazada y entonces me indignaba con los de los análisis y no entendía como se podía ser tan gilipollas y creer que "Ilusionante" era algo que se podía poner así como así en una analítica y además pensaba que mi hija no se iba a dar cuenta ni iba a entender lo que en realidad quería decir...
El tercer día soñé que mi madre se casaba pero no me acuerdo de nada más y el caso es que al principio me acordaba pero es lo que pasa con los sueños que se olvidan, por eso mi amor se los apuntaba y yo casi que me los voy a empezar a apuntar a ver si un día sueño con un número de lotería y se me va a olvidar de una manera tan tonta.
Lo que pasa es que ya he vuelto a no soñar y no tengo nada que apuntar y algo que nunca me ha importado, ahora me importa.
Por si acaso los reyes, que parece que lo sepan, en vez del cursillo de esquí, me han traído una libretita muy mona.
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