martes, 21 de agosto de 2012

Si me queréis, llamarme...Prepe.

Sigo con mi lectura matinal de periódico.
Hoy por fin, han reabierto mi kiosco habitual ya que, estas dos ultimas semanas, he tenido que hacer verdaderos safaris para ir a comprarlo, total para que luego te dieran dos o tres hojas de noticias horrorosas , poco interesantes,  o directamente prescindibles, y probablemente todo ello junto. ¡No me diréis que no se adelgaza todo él diario en agosto!
En fin, que ni una buena serpiente de verano, nada que echarse a los ojos... ¡un rollo de prensa! hasta me he leído otros periódicos para animarme e incluso, algún día, ni lo he comprado...
En fin que el verano es lo que tiene: nada trascendente que decir.
 Los chicos del País hoy han dejado a uno no habitual escribir un articulito muy entretenido aunque algo confuso sobre nombres propios y como no había nada más interesante, me lo he estudiado en profundidad.
Resumiendo: que si antes nos llamábamos Marcelino, Ursicio, Canuta y Prepedigna ( no conozco ningún caso, pero me encanta) , ahora los niños se llaman, Neizan, Suri, Nerea o Iker, nombres que reflejan los intereses variados que conforman cada época, sean éstos deportivos, sociales, etc. y que, increíblemente en muchos casos se limitan a copiar sólo la fonética como en el caso de Neizan, que seguramente viene de  Nathan o algo así y con el que, esos felices papás, no se han complicado la vida: "oiga, así como suena, usted  me lo escribe"
Creo que me encantaría ser funcionaria del registro civil por un tiempo, a pesar de los recortes , se lo deben de pasar bomba.
Pero increíblemente, los nombres que siguen siendo mayoritarios son, Antonio ( un clásico) en el primer puesto para los hombres y, tachan, tachan, para las mujeres, en el primer y tercer puesto respectivamente : María del Carmen y Carmen.
 O sea el mio.
No me siento orgullosa, la verdad y sospecho que cuando desaparezcamos todas las de mi edad va a quedar un agujero de Cármenes por lo menos para 50 años. Yo al menos, no conozco ni una más joven que yo misma.
Durante años me he sentido incómoda con un nombre que no me parecía propio, ya que era también el de mi madre y el de nuestra madrina común. Siempre he envidiado el nombre de mis hermanas, mucho mas sonoro, corto u original. Y siempre he querido llamarme de otro modo y ni por asomo se me ha ocurrido ponérselo a mis hijas y he intentado buscar para ellas nombres diferentes pero no estrafalarios, sonoros, pero musicales, en fin, lo que casi todo el mundo.
No sé si lo he conseguido, pero parecen estar contentas cada una con el suyo.
A mi lo que me hubiera gustado  es que me bautizaran como Leonor, Caterina o Carlota, Estrella, Marina o Candelaria, Frida, Ana o Violeta, en fin, cualquier otro nombre que no fuera el mio, algo mas novelero y fantasioso.
Carmen: puaj.
Maria del Carmen: doble puaj.
Y es que solo me reconcilio con él cuando alguien me llama Carmentxu o Karmele.
Y en realidad, -ahora me doy cuenta-, solo me lo han llamado gente a la que he querido y quiero mucho...

6 comentarios:

  1. Carmentxu, cariño, yo no sé cuánto te quiero, ni sé si es un sentimiento que se pueda cuantificar, pero por tu sola compañía (esos pequeños espacios intangibles, que a veces son sólo una voz) bautizada quedas con el nombre que te hace quien eres. Y como no conozco otra, esta eres tu para siempre.

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  2. Pues a partir de ahora te voy a tener que querer un poquito Enric.
    Ya me caías bien, ahora hemos dado un paso más...

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    1. eh.... para nosotros siempre has sido Carmenchu, ¿te importa la grafía? porque si te importa la cambiamos, por eso que no quede. De todas formas yo creo que el nombre es como el pelo, siempre hubieramos elegido otro de haber podido.
      Musus, Latia

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  3. Pues eso: gente a la que he querido y quiero mucho.
    La grafía me da igual, mi nombre completo es una grafía equivocada.
    Tu tienes un nombre muy bonito y muy original cuando te lo pusieron

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  4. Yo te tengo en el móvil como "Carmeta", no sé por qué, y me parece cariñoso; pero si no te gusta, paso a Carmele, con la C, ¿puedo? La letra K no me gusta.

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  5. Si no me vas a llamar Prepedigna, me vale Carmeta, la C o la K me son indiferentes, lo que no me acaba de convencer es Carmeta, que suena a ximpleta, en cambio Karmele suena a ukelele, que es como más alegre y Carmenchu no rima con nada pero parece un poco chino, que ya me va...

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