viernes, 22 de abril de 2011

Razonamientos centrífugos con algo de nostalgia

Mi MiniPombo viajera, me mandó el otro día una postal muy graciosa desde un sitio con un nombre encantador "Santa Clarita" en Los Angeles, USA.
La postal era una ilustración de los años 50-60 a todo color de un grupo de gente cómodamente sentados en un medio de transporte que lo mismo podría ser un tren, que un avión, ya que aún no habían llegado las miserables condiciones de viaje que ha traído el low cost y viajar era algo agradable, espacioso y muy elegante donde podías estirar las piernas e incluso te daban almohaditas, aperitivos, periódicos, revistas y reverencias...
En primer termino vemos una madre y una hija de unos 7 u 8 años. La madre tiene una revista ilustrada en su regazo, y mira indolentemente hacia la ventanilla, la niña, mona, delgaducha, algo rubita y muy bien peinada conforme a la época, tiene un libro en las manos, al que mira con tanta concentración y pasión que éste, está totalmente prendido en llamas que desprenden una gran humareda...
Evidentemente es una ilustración manipulada recientemente y el resultado es muy divertido.
MiniPombo escribe:

"¡Hola!
Cuando he visto esta postal he pensado en vosotras, no sé porqué. La he encontrado en una tienda de ..."

Al verla y leer lo escrito me emocioné y me reí al mismo tiempo, me emocioné porque el texto es muy tierno y gracioso, pero sobre todo me reí, ya que la niña lectora-incendiaria era una copia identica a mi propia MiniPombolita viajera sólo que nacida bastantes años antes. Y no sólo en el físico, sino en la determinación y concentración de su mirada ante el libro, que era la misma que yo he visto en ella durante todos estos años ante cualquier tarea que se propusiera, tan difícil como conseguir hacer fuego sólo con la voluntad...

Ella se piensa que se ha acordado de nosotras, de mi y de sus hermanas, pero en realidad se ha acordado de ella misma en una edad en que aún estábamos obligatoriamente en su mundo, su infancia, a pesar de que en esa imagen, yo ya estuviera mirando hacia el horizonte en que inevitablemente iba a desaparecer intermitentemente de nuestras vidas, para volar a la suya propia.

Esas son las trampas que nos tiende la nostalgia.

Yo, que pienso que no tengo ninguna de donde nací y dejé, con apenas 19 años recién cumplidos, Bilbao, Vergara, San Sebastián; con hijas catalanas; que hablo una lengua ajena sin haber aprendido a hablar la propia...¡qué cosas más contradictorias!; cada vez que entro en el país vasco, me conmueve enormemente darme cuenta de como he echado de menos, ese verde, esos montes, esos paisajes, mi cantábrico, esas mareas, esa luz, las voces, esa comida, mi gente, mi primera casa, allá donde me crié...
Creo que no volvería a Bilbao, no me gusta el clima, y creo que tampoco me gusta en lo que se ha convertido, una ciudad turística mucho más bonita que la que yo dejé, pero ya sin su rasgo principal: la frenética actividad en la ría; los astilleros, los altos hornos, la herrumbe, el fuego, los barcos, el hollín...
...pero, quién sabe, empiezo a pensar que a lo mejor, dentro de un tiempo, me gustaría volver.

Y es que la vida da muchas vueltas.

4 comentarios:

  1. Volverás ,conforme te vayas haciendo mayor te ira gustando la idea cada vez más de volver a tus orígenes ,eso es así.Y a lo mejor hasta aprendes vasco.Besos.

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  2. Volver no sé, pero vasco lo veo imposible...no tiene nada que ver con nada y yo soy un tocho total para cualquier idioma, mira el inglés sólo he conseguido aprender tonterías nada prácticas y que además no me van a poder permitir tomar el té con ninguna lady y menos con ningún lord con posesiones, que ya me intersan más...
    Lo que me encanta del vasco es que cada tres frases dicen una en castellano y esas me las sé, y los tacos también porque en euskera creo que no hay.
    Para hablar catalán con soltura he necesitado 30 años; ya no tengo tiempo de hablar vasco, más vale que me ponga objetivos mas realistas como puede ser elaborar un buen marmitako.

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  3. Un marmitako i el verd del cantàbric... dos motius per tornar a la infància i fer-se-la pròpia!

    A veure aquesta setmana quan ens veiem que fins i tot tindrem nostàlgia de veure'ns!

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  4. Ya sabes Galderich, tengo un regalito vasco para ti, el marmitako todavia no he aprendido...

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