lunes, 11 de marzo de 2013

Un mes díficil

Hace días que no escribo y si yo no fuera una insensata no debería hacerlo, debería dejar pasar los días, dejar que se acabe este mes de marzo que recién empieza, dejar que llegue abril, otro mes mas clemente conmigo, un mes prometedor, amable, un mes que trae ya otros aires y se lleva esta desolación que se me ha echado encima.
El caso es que objetivamente no me ha pasado nada que no me haya pasado en febrero ni me pasará en abril o en mayo, pero tengo comprobado que no es un mes bueno para mi estado de ánimo y que emocionalmente me pasan cosas que aún no controlo bien y que hacen que acabe cayendo en una melancolía muy interesante pero poco práctica.
Es curioso porque si analizo que ha pasado en todos los meses de marzo de mi existencia hasta ahora, no consigo identificar o recordar más de 2 o 3 hechos realmente importantes para mi, la muerte de mi padre está entre ellos y seguramente es la única causa en la que realmente yo no he tenido capacidad de decisión: el enfermó y en pocos días, murió. Punto.
Los otros realmente fueron en marzo como podrían haber sido en febrero o en abril, de algún modo  todo se precipitó para que pasaran en ese mes y no en otro porque yo lo decidí así.
El caso es que creía que era casualidad pero empiezo a pensar que no, que no es así sino que es una causalidad, y que la causa de que todo pase en marzo es el propio mes de marzo, su luz, el ángulo del sol sobre la tierra, como empieza ésta a entrar a distinta hora por mis ventanas, cómo se mueven los pájaros en el jardín, su parloteo, todos esos millones de brotes que milagrosamente aparecen en esos árboles que parecían muertos, la lluvia tan nostálgica que me devuelve a mi país...
Marzo no me conviene.
Ayer al mediodía, desde mi ventana, después de unos días de lluvia, el parque estaba reluciente de limpio y tan lleno de niños que no paraban de moverse, que por un momento, tuve una pequeña paranoia en que me parecieron pequeñas hormiguitas como cuando se vuelven locas y parece que cada una va a un lugar distinto. Los padres eran de aquellas más grandes.
En fin, no me había tomado nada, pero parecía que si.
Un tripi, algo...
¡A buenas horas, mangas verdes!, yo que no he probado nada más peligroso que un porro ( por miedo, lo reconozco) ayer tuve un momento Castaneda, ¡un viaje, pero barato...!
Se me pasó enseguida, tengo que confesar que como estoy haciendo un libro de los mios, me paso horas delante del ordenador y  creo que éso influyó : mi cerebro, mis ojos, estaban cansados, seguro.
Y marzo aquí sigue aún, durante veinte días más...

3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Para ti también querido, y no te olvides que lo he calificado a pesar de todo de "interesante"

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  2. Es un mes inestable. Peor que la primavera es el anuncio de la primavera. Pero tenemos tendencia a focalizar los acontecimientos; en cambio, los no acontecimientos o los que son intrascendentes ganan por goleada, incluso los que pasan en el mes de marzo. No hay casualidades ni no casualidades; solo cosas en las que ponemos atención y otro que no.

    En todo caso, que sean leves los idus de marzo.

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