o "Antropología Cultural Casera"
Tengo esto abandonadísimo a pesar de que, lo juro, pienso en ello todos los días un ratito y lo que me falta es luego el tiempo para escribir lo pensado.
El caso es que he andado unos días por Bilbao y San Sebastián, mis raíces, el lugar donde nací y crecí, y la misma actividad del viaje, el encuentro con viejos amigos y familia me ha tenido muy ocupada y además, como en parte ha sido un viaje muy emotivo al pasado, casi ni me atrevo a escribir cosas serias ( tampoco es que normalmente las escriba...) no vaya a ser que se me escape algún quiebro emocional por aquí o por allá y esto se me ponga hecho una porquería de mocos y demás...
Pero también entre una cosa y otra, he hecho un pequeño trabajo de campo sobre un tema que a priori no me interesaba demasiado pero que una vez el material en mis manos, me ha encantado como me encantan la mayoría de las cosas absurdas de la vida, esto es, el cancionero popular de nuestras madres y abuelas; y ha sido gracias a la aportación de la madre de una amiga, que no sabe que va a pasar a la posteridad en este medio tan moderno.
Esta señora, Amelia se llama, se ha dedicado a escribir en una humilde libreta, todas las canciones, dichos e historias que recuerda desde su infancia, e increíblemente y por suerte para nosotros, recuerda muchísimo, porque yo la mayoría las conocía, aunque solo me sepa dos estrofas, pero ni recuerdo la música ni nunca las había sabido enteras.
Es una joya que si a alguien le interesa, estoy dispuesta a compartir.
Entre todo el material hay un texto que me hace especialmente gracia y que es el que os trascribo seguidamente.
Amelia dice:
"Esto nos recitaba mi padre, sacado de dos periódicos cuyos reporteros de guerra tenían una fuerte competencia durante la 1ª guerra mundial o alguna otra guerra entre chinos y japoneses.
A uno de ellos se le ocurrió escribir en verso una carta de una china a su novio y el otro le contestó al día siguiente con la respuesta del novio"
La Chinita a su novio que está en la guerra
Mi chinito Chin-chan-chon:
Con honda pena he sabido
el tute que os han metido,
esos pelos del Japón.
No ganáis una batalla
peldidas lleváis ya ciento
¿Pelo es que no tenéis aliento
pala aguantal la metlalla?
El pensallo me avelguenza
si así fuela Chin-chan-chon
lenuncia a mi colazón
y a los pelos de mi tlenza.
Si no te hacen mandalin
en plemio de tu valol
no pienses más en mi amol
ni en mi pié chiliquitín.
Conque a luchal pol la China
con blio y colaje
que a Buda pedilé
que os pleste ayuda.
Tu chinita Ken-kon-kina
Cultura popular en estado puro. Esto si que es una buena cosecha.
ResponderEliminarCon textos así no me extraña que esta fuera tierra de surrealismo.
mi chinito chin chan chon al leel-lo suflió un ataque al colasón... poble chin chan chon!!!
ResponderEliminarpues sí, una joya,
y seguro, seguro que no es un cuento chino!
Galderich,es un cuento chino-japonés surrealista, y es que el surrealismo es muy español, si es que puedo decir esta palabra sin que me lapiden, y sobre todo muy periférico, no hay más que ver, leer u oir a los del Ampurdán, a los gallegos, valencianos o gaditanos por poner un ejemplo.
ResponderEliminarLolita, te leo inspirada, haznos unas cuantas estrofas más, que yo ya no doy abasto...
Una auténtica joia, Pombolita, la libreta de tu amiga, que me encantaría compartir.
ResponderEliminarEl cuento de la china me suena vagamente, pero podría no ser este porque de pequeños hacíamos muchas gracias con la confusión entre "r" y "l".
Enric, en cuanto la tenga transcrita te la paso, ahora sólo tengo fotocoias malas en papel.
ResponderEliminarSeguro que tú harás algo interesante con este material.