Hace 1 día
martes, 27 de octubre de 2009
El baile
Me gusta muchísimo bailar.
De pequeña me quedaba encandilada con Fred Astaire, Gene Kelly y sus guapísimas parejas de baile. Hubiera dado lo que fuera por ser yo una de ellas.
En mi imaginación, bailaba de maravilla, de hecho aún soy capaz de imaginar que me muevo como una bailarina consumada, que mis pies vuelan y me deslizo por la pista como si fuera Ginger Rogers mismamente.
El caso es que no soy ningún pato y aunque en casa no consideraron llevarme a ballet, -soy la 3ª de una familia numerosa-, siempre que tengo ocasión me planto en la pista y por un rato me creo que soy la reina del baile.
El baile es tremendamente liberador.
Sólo hay que dejarse llevar por el ritmo.
La música, te envuelve, te abraza te va penetrando por todos los poros de la piel hasta formar un todo con tus nervios, con tus músculos con todo tu cuerpo.
Es fantástico.
Es swing
Si además encuentras una pareja encantadora que disfruta bailando, que lo hace bien y que sabe llevarte, ya es perfecto.
Eso si que es swing
No hay que tener miedo de hacer el ridículo.
Todos tendríamos que hacerlo de vez en cuando, es sanísimo.
Bailar te da los parametros de lo que realmente eres, de tus dimensiones, de tus piernas , de tus brazos, de tu tronco y caderas, de tus manos de tus pies, (y hasta de tu bazo y de tu vesícula biliar), de tu debilidad y de tu fuerza, de tus kilos de más o de tu delgadez, de tu humanidad imperfecta y patosa, graciosa y única.
Es totalmente swing
La palabra Swing hace referencia tanto a un estilo musical dentro de la evolución del jazz como a una cualidad musical inefable, en un sentido similar al de la palabra duende aplicada al flamenco, la palabra flow aplicada al Hip Hop, la palabra tumbao aplicada a la salsa, o la palabra riddim aplicada al reggae.
Veladas Jazz&Swing
Sala Apolo. Barcelona
Último domingo de cada mes con la Barcelona Jazz Orquestra, una big band estupenda, compuesta de músicos de variadas procedencias.
O sea amigos,
DANZAD, DANZAD......BENDITOS
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¡Ay, que aquí no baila nadie, Pombolita! :-(
ResponderEliminarYa sabes cuánto me gusta a mí. A propósito, hace mucho que no bailamos juntas. No esperemos a que vuelva a cumplir muchos años para mover juntas el esqueleto, eh ;-)
¿Cuando vienes?
ResponderEliminarCuenta con ello
¿Qué les pasa a los italianos ( además de lo obvio)?
O sea que ti Big Band y la mia hubo 600 kilómetros y 24 horas.
ResponderEliminarLos pisotones, los tropezones, la falta de ritmo, los codazos...son la otra cara del baile. Y no es que quiera incordiar, que has hecho una entrada preciosa, es que, las patosas somos así.
ResponderEliminarA mí también me encantaba Fred Astaire, creo que me ví todas sus películas. Se deslizaba por el suelo como si tuviera alas. Yo, en mi próxima vida, quiero ser Ginger Rogers (por cierto, lo de ginger me suena a cubata o a gin tonic).
Sigue así de feliz, que da gusto leerte.
¡Ya entré!A mi lo del swing me pareció esplendido, espero no perderme las citas domingueras.
ResponderEliminarPor ciero, me encanta tu blog. Te seguiré.
Anónimo, ¿nos conocemos? dame una pista...gracias por los piropos, intentaré estar a la altura...
ResponderEliminarMe parece graciosisimo haberte creado la ingognita. Besos, nos vemos bailando... y
ResponderEliminarseguramente antes.
Empiezo a sospechar tu identidad....aunque me despista la hora, tan poco habitual en ti, si es que eres quien yo pienso...
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