sábado, 5 de mayo de 2012

Esa panda...

Ya sabéis que los chicos del Banco Central Europeo han venido a celebrar su última reunión a Barcelona. 
Total, apenas han estado una noche, pero Barcelona, ciudad acogedora como siempre, ha tirado la casa por la ventana para tal evento y no sólo hemos desplegado un ejercito inmenso de policías variados( nos han ayudado desde el gobierno central, que conste), además de suspender por unos días  el tratado de Schengen , sino que poco menos nos colocan a todos los ciudadanos de a pie, de felpudos de esa panda para que no se manchen sus inmaculados zapatitos...
Ayer acabamos el evento ofreciéndoles una cenita de nada, en el Palacio de Pedralbes.
Les dimos:
Crema de berros con huevas de salmón.
Pularda rellena con setas
Mousse de limón.
Bandejas con torrijas.
Ribera del Duero y blanco catalán.
Suena modesto, ya lo sé, pero seguro que tiene truco y me juego el cuello que todo era de primerísima calité.
¡A ver!, si estaban los 17 gobernadores de bancos centrales europeos ( que no vendrían solos, digo yo...al menos un segundo y una secretaria...) y los empresarios variados de siempre con los intercambiables como Rato, que lo mismo está aquí que allá y, por supuesto mi amigo Guindos, en este caso sin cara de perro, porque estaría a sus anchas con los de su clase.

Que digan lo que nos ha costado esta farra, a ver a cuanto nos sale por cápita.

No tienen no ya verguenza, que lo han demostrado, sino que además  lo que no tienen, es ni un mínimo sentido común y además de haber perdido totalmente el mundo de vista.
A ver quién y con qué argumentos va a parar al fin las barricadas...

Y como no, Millás, explica la situación divinamente en cuatro lineas.
 
Un sindiós
Juan José Millas
27 de abril de 2012
Desde que los ministros de Rajoy, en especial Montoro y Ana Mato, decidieron explicar didácticamente los porqués de la demolición del Estado, entendemos las cosas mucho mejor. He aquí un resumen, claro como el agua, de sus argumentos: Se pone precio a la sanidad para que continúe siendo gratuita y se expulsa de ella a determinados colectivos para que siga siendo universal. Se liquidan las leyes laborales para salvaguardar los derechos de los trabajadores y se penaliza al jubilado y al enfermo para proteger a los colectivos más vulnerables. En cuanto a la educación, ponemos las tasas universitarias por las nubes para defender la igualdad de oportunidades y estimulamos su privatización para que continúe siendo pública. No es todo, ya que al objeto de mantener el orden público amnistiamos a los delincuentes grandes, ofrecemos salidas fiscales a los defraudadores ambiciosos y metemos cuatro años en la cárcel al que rompa una farola. Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir, de modo que mentimos, sí, pero al modo de los novelistas: para que la verdad resplandezca. Dentro de esta lógica implacable, huimos de los periodistas para dar la cara y convocamos ruedas de prensa sin turno de preguntas para responder a todo. Nadie que tenga un poco de buena voluntad pondrá en duda por tanto que hemos autorizado la subida del gas y de la luz a fin de que resulten más baratos y que obedecemos sin rechistar a Merkel para no perder soberanía. A no tardar mucho, quizá dispongamos que los aviones salgan con más retraso para que lleguen puntuales. Convencidos de que el derecho a la información es sagrado en toda democracia que se precie, vamos a tomar RTVE al asalto para mantener la pluralidad informativa. A nadie extrañe que para garantizar la libertad, tengamos que suprimir las libertades.

2 comentarios:

  1. Siempre me ha gustado Millás; su ironía, su inteligencia; su saber estar sin estar, sólo a golpe de palabras. Lástima que se pierdan. porque a la gente que escribe bien, que habla bien y que dice verdades, los leemos y les escuchamos siempre los mismos. Alguien con iniciativa y buena voluntad, y algo de dinero, debería lanzar el Diario del Pueblo: grandes vallas publicitarias para que los buenos artículos los lea la "gente de la calle".

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  2. Mira , estaba pensando colgar algo de mi ventana... un 1º que da a un jardín y a una calle en la que pasa mucha gente andando.
    Lo digo en serio, es mi contribución a la preparación de la revolución aún en ciernes...
    Palabras para el No olvido...
    Un diario del pueblo colgado de mi ventana para la "gente de la calle".
    Puedes contribuir con papelitos y yo los colgaré.
    Me pongo a ello, ¡no será por iniciativa!

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