Ayer pude comprobar y certificar que un adoquín se ha quedado clavado justo en el centro del sistema:
el Deutsche Bank
Juan José Millás
Palabrería
El País 30 de Marzo de 2012
Cuando las palabras, tan sonoras, se alejan demasiado de la realidad, tan muda, resulta más elocuente la realidad que las palabras.
Ese vídeo del ministerio de Trabajo, por ejemplo, en el que se asegura que la reforma laboral protege al trabajador, se ha vuelto contra el PP en Andalucía.
Si van a seguir protegiéndonos de este modo, pensaron los votantes, mejor desobedecer a las encuestas.
Entonces llega Miguel Martín, que es el presidente de la patronal bancaria, y proclama que la huelga general nos acerca más a Grecia que a Alemania.
Pues no, lo que nos acerca a Grecia, o a lo que usted ha pretendido metaforizar al citarla, son las prácticas financieras llevadas a cabo por los chiringuitos que usted preside.
Antes de abrir la boca, debería usted haber considerado que el ciudadano es consciente del dinero público que les estamos inyectando para salvar su salario de usted, su culo de usted, su sillón de usted, sus retribuciones especiales de usted, su automóvil con chófer de usted y su jubilación multimillonaria de usted, entre otras bagatelas de usted.
Debería haber sido más prudente sabiendo, como sabe, que les estamos prestando dinero público al 1% para que lo inviertan en deuda pública al 5%, una práctica parecida al tráfico ilegal de órganos.
Debería incluso callarse si tenemos en cuenta que ahora mismo, cuando el banco llama a un cliente, lo primero que éste hace es esconder la cartera.
Y es que usted, como asegura Felipe González, un hombre del sistema donde los haya, no dirige una organización bancaria sino un casino sin reglas. Eso es lo que nos retrotrae a la noche de los tiempos, eso y el pensamiento de Gallardón sobre la mujer y el de Guindos sobre los derechos de los trabajadores…
De ahí el éxito de la huelga, que es el éxito de la realidad muda frente al despliegue verbal y policial del Gobierno.
Hace 1 día
Llàstima que la frase final no sigui certa... Així ens va!
ResponderEliminarGalderic, potser a força de repetir-la s'acaba fent veritat.
ResponderEliminarPombolita, no se puede decir más claro.